miércoles, 2 de julio de 2014

LA ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO

Lo que sigue es una exposición  sobre temas que son principalmente lógicos, más que psicológicos, y además, se propone como una presentación didáctica. Por ello, no es aquí de tanta importancia una explicación psicológica rigurosa. Hago esta aclaración principalmente debido a que los conceptos y las categorías son aquí descritos como "objetos ideales", además de que se habla de "creencia", "conocimiento", "significados", etc., todo lo cual, a primera vista, podría juzgarse como el uso de un lenguaje no apropiado desde una visión conductista. Sin embargo, ya sabemos que los términos ordinarios pueden usarse siempre que no se pretenda plantear una explicación psicológica rigurosa. Este artículo no analiza fenómenos psicológicos, sino conceptos lógicos, y se propone hacerlo de una manera didáctica, sin complicaciones psicológicas (léase: lenguaje conductual técnico) innecesarias.

EL CONOCIMIENTO COMO CREENCIA FUNDAMENTADA
Un enunciado o proposición equivale a un contenido informativo específico tal como la idea de que en verano hace más calor que en invierno (no debe confundirse una oración, que es un conjunto específico de palabras que trasmite un determinado contenido, con la proposición que es el contenido mismo. El mismo contenido o proposición puede expresarse mediante muchas oraciones diferentes que tengan el mismo significado).  Dado que las proposiciones son informativas, es decir, comunican algo, ya sea afirmando o negando, pueden ser verdaderas o falsas. La verdad o falsedad de una proposición depende de la concordancia entre lo que esta afirma (o niega) y la realidad. Normalmente, llamamos “evidencias” a los hechos que permiten evaluar la verdad o falsedad de una proposición. Así, un enunciado como “no lavarse las manos antes de comer puede causar una enfermedad” es verdadero si, efectivamente, existe evidencia, es decir, si existe al menos un caso en el que comer de esta manera causó una enfermedad (aquí obviaremos toda discusión respecto a si realmente se puede hablar de “causas”). Cuando se acepta la verdad de una proposición, esta suele denominarse una “creencia”. Ahora bien, muchas creencias cuentan con escasa evidencia que las respalde, o con ninguna, aunque han sido aceptadas como verdaderas por algunas personas. Otros enunciados en cambio cuentan con bastante evidencia a su favor y constituyen por lo tanto, lo que llamaríamos “creencias fundamentadas”. Son estas creencias fundamentadas lo que puede llamarse también “conocimiento”.
Desde un punto de vista estrictamente lógico, entonces, el conocimiento es una red de proposiciones. Pero toda proposición es un conjunto de conceptos relacionados entre sí. El conocimiento se estructura a partir de unidades llamadas conceptos (incluyendo las categorías y los conceptos propiamente dichos, véase la siguiente sección), los cuales al unirse entre sí de ciertas formas constituyen las proposiciones. Pero veremos luego que no toda proposición constituye conocimiento, al menos del que nos interesa en esta exposición. Ejemplos de proposiciones que no son propiamente conocimiento son: “ayer almorcé papas con habas” o “no te veo desde el último concierto”. Se puede decir que estos son ejemplos de lo que puede llamarse conocimiento personal, en oposición al conocimiento con valor epistémico, como el conocimiento común o el conocimiento científico. Proposiciones que ya empiezan a constituir verdadero conocimiento con valor epistémico son “la pelota es redonda” o “cuando hay nubes negras en el cielo es porque va a llover”. De aquí en adelante, entenderemos por “conocimiento” al conocimiento con valor epistémico. Lo que sigue, describe con más detalle el camino que va desde los conceptos hasta el conocimiento.

ABSTRACCIÓN, CATEGORÍAS Y CONCEPTOS
Saber lo que es un perro, o un cuadrado, no requiere conocer a todos los perros que han existido, o por existir, ni haber visto todos los objetos de forma cuadrada que hay en el mundo o que podrían haber. Saber lo que es un perro significa, esencialmente, poder distinguir entre objetos que son perros y los que no lo son, incluso tratándose de objetos individuales que la persona ve por primera vez en su vida. Así, se dice que un niño sabe lo que es un perro, si es capaz  de clasificar correctamente a un animal que nunca antes ha visto en su vida como perro o no-perro. Saber lo que es un perro quiere decir que el niño conoce la categoría o el concepto de perro. Los términos categoría y concepto se usan con frecuencia como sinónimos, en el sentido de que los dos parecen hacer referencia a clases o conjuntos (perro=el conjunto de todos los individuos que son perros), sin embargo, a veces es conveniente diferenciarlos. Mientras una categoría sí alude directamente a una clase o conjunto, un concepto está más bien referido a una propiedad o atributo aislado a partir de los objetos o eventos. Así, cuando “cuadrado” hace referencia al “conjunto de todos los objetos de forma cuadrada” podría considerarse una categoría, pero se tratará más bien de un concepto cuando hace referencia a algo que todos estos objetos tienen en común, pero que es físicamente inseparable de ellos, que es la característica o atributo de tener forma cuadrada.
            Los conceptos son abstractos, esto quiere decir que son el resultado de un proceso de abstracción. La abstracción consiste, justamente, en identificar propiedades o características aisladas o separadas de los objetos en los que dichas propiedades podrían identificarse. Formarse la idea del cuadrado es abstracción en la medida en que uno puede imaginarse la forma cuadrada completamente separada de cualquier objeto individual. La idea de cuadrado involucra atender solamente a la forma cuadrada, haciendo caso omiso de cualesquiera otra característica que los objetos puedan tener (de hecho, esta es justamente la idea de lo que es “abstraer”: enfocarse en una sola cosa y desatender lo demás). Así, el concepto de cuadrado es una abstracción, ya que, como queda dicho, aquél no se refiere a los objetos de forma cuadrada, sino a la forma cuadrada en sí, la cual, sin embargo, podría identificarse en un cierto grupo de objetos. Además, el resultado de un proceso de abstracción no es igual a ningún caso concreto: un dibujo de un cuadrado no es igual, sino quizá sólo a lo sumo parecido, a ningún objeto cuadrado real, ya que estos objetos no sólo tienen forma sino también color, tamaño, textura, etc., los cuales el dibujo del cuadrado no necesita reproducir para representar apropiadamente la forma cuadrada. Incluso, si queremos ser más rigurosos, diremos que el dibujo del cuadrado, por perfecto que sea, tampoco es igual al (concepto de) cuadrado, ya que éste, como abstracción, es un objeto ideal, infinitamente perfecto –por ejemplo, de lados infinitamente rectos e infinitamente iguales entre sí, cualidad que ningún dibujo o impresión puede lograr. El dibujo no es más que otro objeto que tiene el atributo de la forma cuadrada.
            Como se ha dicho, las categorías representan más bien clases o conjuntos. Las categorías también se adquieren por abstracción, aunque de un modo algo diferente que en el caso de los objetos. Mientras que un concepto es una representación ideal de una propiedad o característica, una categoría es una representación ideal de un objeto o de un evento. Al ser abstracto, es decir, ser el producto de un proceso de abstracción, este objeto ideal tampoco es igual a ningún objeto individual real, aunque sí es más o menos semejante a todos estos ejemplares individuales. El perro-abstracción no es idéntico a ningún perro concreto pero sí es similar a cualquier perro.  
            Un hecho importante que debemos tener en cuenta es que los conceptos y las categorías tienen distintos grados de abstracción y por tanto, ninguna idea (o “pensamiento”) puede decirse que es o bien, concreta o bien abstracta, a secas. Por ejemplo, la categoría “perro” es abstracta, pero no debemos por ello pensar que al decir “mi perro” estoy expresando una idea “concreta”. No. “Mi perro” es también una abstracción, aunque, como categoría, es de menor generalidad que “perro”. La categoría “perro” es más general que “mi perro”, pues incluye a ésta, pero también incluye a las categorías “el perro de mi vecino”, “el perro del vigilante”, etc. “Mi perro” es una categoría o clase, y por tanto una abstracción, pero, ¿de qué? Simplemente es la clase o categoría que reúne todas las experiencias vividas con mi perro y que, justamente, sirve para proporcionar el sentido de continuidad al objeto (es decir, permite reconocer que el perro que veo ahora en mi casa es el mismo que dejé por la mañana cuando salí a estudiar, a pesar de que ahora lo veo en otra parte de la casa, haciendo otras cosas, etc.)
            Conceptos y categorías son los fundamentos del conocimiento. Todo lo que alguien sabe está verbalmente formulado como enunciados que relacionan conceptos y/o categorías. “Los perros muerden” es un enunciado que relaciona los conceptos o categorías “perro” y “morder”. Asimismo, “mi perro muerde” es conocimiento en el sentido de que este enunciado relaciona los conceptos “mi perro” y “muerde”.

REGLAS, PRINCIPIOS, LEYES
Las palabras “regla” y “principio” suelen aludir a prescripciones respecto a qué, cómo o cuándo algo debe o puede hacerse (o no). En la ciencia, ambos términos se emplean usualmente para hacer referencia a qué, cómo, cuándo, etc. ciertas cosas ocurren o no. Por tanto, una regla o un principio es un enunciado o proposición que relaciona dos o más conceptos o categorías. Por ejemplo: “la lluvia se produce cuando el frío atmosférico condensa el vapor de agua que forma las nubes”. En ciencia, el término “ley” es usado para hacer referencia a algunas de estas reglas o principios. Como se dijo anteriormente, el conocimiento es una red de proposiciones, las cuales relacionan conceptos. Luego, el conocimiento científico es una red de proposiciones, que ahora estamos denominando reglas, principios o leyes.
Una característica de las reglas, principios, leyes, etc., que forman el conocimiento, por ejemplo el común o el científico, es su generalidad. Cuando decimos: “la lluvia se produce cuando el frío atmosférico condensa el vapor de agua que forma las nubes”, no estamos hablando de la lluvia que se produjo en un determinado momento o lugar, ni de ésta o aquélla nube. Hablamos en términos genéricos. Pretendemos que en cualquier caso en que el frío atmosférico condense cualquier nube, y en cualquier lugar o tiempo, se producirá la lluvia. Siguiendo a Aristóteles, sólo se puede hablar de conocimiento cuando estamos en posesión de reglas, principios o leyes, es decir, de enunciados generales. Esto es lo que distingue al conocimiento de lo que puede llamarse “información” o “dato”. Un enunciado particular como “esta piedra cayó desde 50 m de altura” es información o dato. En cambio: “los objetos caen con una velocidad que aumenta con el tiempo de la caída”, es un enunciado genérico, no hace referencia a ningún objeto en particular, ni a ningún momento o lugar en que se observa la caída, etc. Por esto mismo, dicho principio es válido, o aplicable, en cualquier objeto, momento y lugar, mientras que un dato es siempre contextual, referido a un objeto, momento y lugar específicos.
Naturalmente, el rango de validez de un principio siempre es limitado, esto significa que un principio sólo se cumple bajo ciertas condiciones, las cuales son especificadas por otros principios o reglas que forman también parte de nuestro conocimiento. En esto radica, justamente, el hecho de que el conocimiento sea una red de reglas, principios o leyes.
Obsérvese que cuanto más general sea un concepto o un principio, más abstracto es.  Como se dijo, la abstracción es enfocarse en una propiedad que los objetos pueden tener, haciendo caso omiso de todas las otras características. Partiendo de aquí se puede entender por qué un concepto cuanto más general, es más abstracto. Consideremos los conceptos de cuadrado y de polígono. Polígono es más general que cuadrado (y cuadrado es un caso particular de polígono), ya que el concepto de polígono incluye a cuadrados y también a triángulos, pentágonos, etc. Ahora bien, el concepto de cuadrado se define como aquella forma cerrada que consta de cuatro lados rectos e iguales y en ángulo recto. Para “visualizar” el cuadrado sólo hace falta concentrarse en esa propiedad, omitiendo todo lo demás (como color, textura, etc.) Pero para “visualizar” lo que es un polígono sólo se debe retener la idea de la forma cerrada por lados rectos. El detalle de que los lados sean cuatro y que estén dispuestos en ángulo recto se torna irrelevante y se omite, como antes se hacía con el color o la textura al definir el cuadrado. Dicho en términos sencillos, en el polígono la atención se enfoca en elementos más restringidos y es más lo que se omite. Por tanto, un concepto más general es más abstracto. Lo mismo podría decirse de las proposiciones. Una proposición es más general, o abstracta, cuanto más genéricos o abstractos sean los conceptos que contenga. La proposición “los eventos traumáticos sufridos en la infancia causan problemas psicológicos en la vida adulta” es más general, y por ello, más abstracta, que “el castigo físico en la infancia causa problemas de agresividad en la vida adulta”.  Esta última es un caso particular de la primera.

REGLAS FORMALES
Las reglas formales (que algunos denominan, para confusión de muchos, “abstractas”) son indicaciones acerca de cómo se relacionan entre sí determinados símbolos en tanto estos tengan determinado significado, sin embargo, dichas reglas no especifican ningún significado en particular. En otras palabras, en una regla formal cada símbolo representa un determinado concepto y por tanto, existen tantos símbolos distintos como conceptos distintos hayan de ser representados. Pero la regla no especifica de qué conceptos en particular se trata, de hecho, dado un símbolo, éste puede representar cualquier concepto. Dicho de otro modo, una regla formal nunca especifica contenido alguno, no da ninguna información concreta (y de ahí que algunos llamen “abstractas” a estas reglas). Las reglas formales se limitan únicamente a señalar que cualquiera sea el contenido, es decir, cualesquiera sean los conceptos o proposiciones involucrados,  éstos deben quedar relacionados entre sí de acuerdo con una determinada estructura de relaciones. Así, por  ejemplo, la regla ((p . q) . p) ---> q sólo indica una de las formas correctas en que se pueden relacionar entre sí las proposiciones p y q, pero sin especificar el contenido concreto de dichas proposiciones.

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